Brasil: Sindicatos conmemoran el desastre de la represa de Brumadinho y presionan por medidas regulatorias más estrictas

(Foto: CNN)


El 25 de enero, se cumplirán tres años desde el colapso de la represa Vale en Brumadinho (Minas Gerais), que cobró la vida de 270 personas y dejó al menos seis personas desaparecidas aún al día de hoy.


La Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM) y sus afiliados en el país se unen a varios sindicatos y comunidades para recordar a las víctimas de la tragedia y recordarle al gobierno la necesidad de mejorar radicalmente los mecanismos ambientales y de seguridad de sus represas. 


Según Eduardo Armond, Director de SITICOP-MG y la Red de Represas de la ICM para América Latina y el Caribe, las débiles estructuras regulatorias y las brechas en la regulación existente crearon el clima para la serie de desastres ocurridos con las represas. "La falta de mecanismos de seguimiento, control e inspección, el desprecio desenfrenado por los derechos y la seguridad de los ciudadanos y la incompetencia del Estado llevaron a estos desastres", aseguró.


Armond aseguró que el desastre de la presa de Brumadinho no es un incidente aislado. Señaló los numerosos casos de fallas de represas en el estado como la represa Rio Verde en Nova Lima (2001), Rio Pomba Cataguases en Miraí (2007), represa Herculano en Itabirito (2014), Samarco-Vale-BHP en Mariana ( 2015) y el Córrego do Feijão en Brumadinho (2019).


"Estas represas mineras no pueden estar por encima de los intereses de la población brasileña. Si estas empresas mineras insisten en poner en riesgo la vida de los trabajadores, trabajadoras, comunidades y medio ambiente, se necesita una respuesta directa a partir de la revocación de los derechos mineros otorgados por el Estado brasileño", afirmó Armond.  


Según el último conteo, Minas Gerais tiene 38 presas mineras que emplean a más de 10.000 trabajadores tercerizados y que trabajan 12 horas al día en condiciones laborales extremadamente peligrosas. 


La ICM y sus afiliados brasileños han realizado trabajo de presión contínua para exigir al gobierno que implemente políticas de salud, seguridad y medio ambiente que cumplan con las pautas internacionales establecidas y evitar futuros desastres. La ICM también está utilizando mecanismos internacionales, como la OCDE y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para garantizar una compensación adecuada para los trabajadores y las comunidades afectadas.