Aunque menos afectado que el resto del mundo, el continente africano aún enfrenta el riesgo de propagación del COVID-19. Los afiliados de la ICM en la región ya están sintiendo el efecto de la pandemia. La Oficina Regional de la ICM en Burkina se ha puesto en contacto con todos los afiliados, quienes informaron que muchos casos confirmados fueron difundidos principalmente por turistas europeos y no por chinos que regresaron a la subregión francófona.
Según numerosos informes, muchos países están gravemente preocupados por su infraestructura médica y la capacidad de los equipos para combatir una crisis de salud de esta magnitud, mientras se siguen reportando más y más casos. Sin embargo, estos países están encontrando lentamente formas de organizar "movilizaciones generales" para combatir la pandemia.
Los afiliados de la ICM confirman que las medidas adoptadas por los países de la región son más o menos las mismas, como la detección de viajeros de zonas de alto riesgo, el confinamiento sistemático como en el Congo o el autoaislamiento en Costa de Marfil. Este último ha decidido cerrar sus fronteras a todos los viajeros no marfileños de países donde se han detectado más de 100 casos de coronavirus. También ha decidido cerrar sus mezquitas durante 15 días.
Del mismo modo, Senegal ha pedido poner fin a las oraciones en las mezquitas para detener la propagación de COVID 19. Mientras tanto, Burkina Faso cerró todas sus escuelas durante tres semanas y prohibió las reuniones masivas.
Hasta el momento, Burkina Faso y Senegal son los países más afectados con 33 y 36 casos conocidos, respectivamente. El Vicepresidente de la Asamblea Nacional de Burkina Faso es actualmente la única víctima mortal en África subsahariana. Otros países de habla francesa tienen menos de 10 casos positivos conocidos cada uno.
Si bien los sistemas de salud de los países han podido responder a epidemias en el pasado como el ébola y la fiebre amarilla, sin la ayuda sustancial de los países desarrollados, que también están luchando contra la pandemia, la región tendrá dificultades para contener el virus.
En la industria de la construcción, las afiliadas de la ICM informaron que sus gobiernos son reactivos para responder a la crisis, incluso cuando tratan de establecer medidas para proteger a los trabajadores. Dijeron que las compañías están implementando medidas preventivas en los proyectos de construcción al proporcionar desinfectantes y asegurar el distanciamiento social.
Los afiliados senegaleses, por su parte, informan que las empresas constructoras realizan capacitaciones sobre salud y seguridad de 15 minutos diarios para educar a los trabajadores sobre el virus COVID 19 antes de comenzar las labores.
Los afiliados de la subregión intercambian información sobre la situación a través de foros y diferentes herramientas en las redes sociales.