Actualmente, el brote ha afectado la salud y la seguridad, así como el bienestar económico y social de innumerables trabajadores en todo el mundo. Las fábricas están cerrando. El trabajo de construcción se detuvo en muchos lugares. Algunos trabajadores se enferman, pierden sus ingresos e incluso sus trabajos.
La pandemia requiere una muestra de solidaridad sin precedentes. Los gobiernos, los sindicatos y los empleadores deben cerrar filas más que nunca para cambiar el rumbo de esta crisis sanitaria internacional.
Hacemos eco del llamado de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para la creación de una red de seguridad social fuerte que proteja los derechos individuales y de los trabajadores, con el fin de ayudar a las empresas a mantenerse en el negocio.
Juntos, superaremos este desafío global.
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