Hacer de la Salud y Seguridad un derecho fundamental de la clase trabajadora

Por el Secretario General de la ICM, Ambet Yuson y la Vicepresidenta de la ICM, Gail Cartmail

*Publicado primero por la revista Hazards


Las luchas por entornos laborales saludables y seguros son fundamentales para el trabajo de los sindicatos. Dada la importancia del derecho a un trabajo seguro y saludable, muchos sindicalistas asumen que la Salud y Seguridad en el Trabajo (SST) debe ser incluida como parte de los derechos fundamentales en el trabajo reconocidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).


Ellos y ellas se sorprenden al saber que la SST aún no ha sido reconocida como tal.


"Condiciones de trabajo seguras y saludables" es uno de los derechos humanos contenidos en el artículo de derechos laborales del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU..


Sin embargo, en la OIT, el organismo responsable en el sistema de la ONU de definir y supervisar los derechos, la SST no forma parte de los derechos listados en la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo de 1998, a menudo considerada la norma laboral de la OIT sobre derechos humanos.


Un entorno de trabajo saludable y seguro es una preocupación diaria e intrínseca de la clase trabajadora. Se trata de la forma en cómo los trabajadores conceptualizan los valores de dignidad, justicia, igualdad y respeto en el lugar de trabajo. Los sindicatos han luchado por que la SST se defina en estos valores, protegidos por la legislación nacional y cubiertos por estándares internacionales.


Un derecho humano


Hay más de una docena de convenios de la OIT que abordan total o parcialmente las condiciones de trabajo saludables y seguras. Estos convenios también informan sobre la debida diligencia en materia de derechos humanos. Para los trabajadores y trabajadoras de la industria de la construcción, uno de los sectores más peligrosos, el Convenio 167 (1988) sobre seguridad y salud en la construcción, la Recomendación 175 y el Código de prácticas han sido instrumentos muy importantes para la lucha sindical por mejores condiciones de SST en sus países. Pero el número de países que han ratificado este y otros convenios relacionados con la SST no es muy elevado. Muchos países no tienen leyes nacionales integrales que cubran esta temática, o cuentanbn con leyes que no cumplen con los estándares internacionales de SST. Muchos países tienen una aplicación deficiente de sus leyes. Las condiciones de trabajo insalubres e inseguras todavía se encuentran comúnmente en muchos lugares de trabajo en todo el mundo. Como consecuencia, cada año se producen muchas enfermedades y accidentes prevenibles.

En septiembre de 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la OIT publicaron un informe que proporciona Estimaciones Conjuntas sobre la Carga de Enfermedades y Lesiones relacionadas con el Trabajo, 2000-2016.El informe estima que hay alrededor de 2 millones de muertes al año como resultado de enfermedades y lesiones relacionadas con el trabajo.


Aproximadamente el 20 por ciento de las muertes en este análisis son causadas por lesiones ocupacionales. El resto son consecuencia de enfermedades no transmisibles, lo que enfatiza la necesidad de prestar atención a la salud ocupacional. Este estudio demuestra de nuevo los vínculos entre la seguridad, la salud y el trabajo decente: descubrió que el riesgo principal era la exposición a largas horas de trabajo, vinculado a aproximadamente 750.000 muertes por año.


Movimiento hacia adelante


Se pueden lograr grandes avances para abordar los déficits legislativos y de aplicación en materia de SST a nivel mundial agregando un entorno de trabajo saludable y seguro a los principios y derechos fundamentales de la OIT. Incluso si las naciones no han ratificado los convenios pertinentes, se espera que, en virtud de su membresía en la OIT, respeten estos principios y derechos establecidos en la Declaración de 1998.

La Declaración del Centenario de la OIT adoptada en 2019 en la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) establece que "las condiciones de trabajo seguras y saludables son fundamentales para el trabajo decente". En la Conferencia, la OIT adoptó una resolución en la que solicitaba a su Consejo de Administración "considerar, lo antes posible, propuestas para incluir condiciones de trabajo seguras y saludables en el marco de los principios y derechos fundamentales en el trabajo de la OIT".


El Consejo de Administración de la OIT aprobó en 2019 una hoja de ruta en ese sentido para su debate en 2020, pero la mayoría de las preguntas sustantivas para determinar el camino a seguir siguen sin respuesta..


Prioridad pandémica


La necesidad de un entorno de trabajo saludable y seguro como derecho fundamental se convirtió en un llamado de atención durante la pandemia del COVID-19. Muchos trabajadores continuaron trabajando incluso durante el pico de las olas pandémicas en muchos países, incluida la clase trabajadora de la construcción, a menudo en condiciones estresantes en las que tenían poca comprensión del riesgo de exposición y las estrategias de mitigación que deberían implementarse para salvaguardar sus vidas.

Debido a la falta de avances en la resolución de la OIT de 2019, la Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM), en conjunto con la Federación Europea de Trabajadores de la Construcción y la Madera (FETCM), lanzaron una Campaña Global por la Salud y Seguridad en el Trabajo a inicios de abril del 2021.


Movilizando en el marco del Día Internacional de Conmemoración a los Trabajadores Fallecidos o Lesionados por Accidentes de Trabajo , el 28 de abril de 2021, se alentó a los afiliados de la ICM de todo el mundo a que se acercaran a los empleadores para firmar Declaraciones Conjuntas en apoyo del llamado a la OIT para que reconozca la SST como un derecho fundamental de los trabajadores y trabajadoras.


Impacto global


En solo dos meses, las afiliadas de la ICM habían implementado la campaña en 74 países. En total, 102 sindicatos firmaron Declaraciones Conjuntas con más de 330 asociaciones nacionales de empleadores o empleadores individuales. Entre ellas se encuentran las asociaciones nacionales de empleadores de Bélgica, Países Bajos, Sudáfrica, Rumania, Ucrania y Rusia.


En el Reino Unido, Unite firmó una Declaración con HPC NNB, empresa que lidera el mayor proyecto de construcción de Europa, reconociendo la SST como un derecho fundamental.


La ICM firmó Declaraciones con 10 Empresas Multinacionales con las que tiene Acuerdos Marco Internacionales. La FETCM firmó Declaraciones Conjuntas con la Federación Europea de la Industria de la Construcción (FIEC), la Confederación Europea de Industrias de la Madera (CEI-Bois), la Confederación Europea de Industrias del Mueble (EFIC) y la Federación Europea de Paneles (EPF).


A fines de septiembre de 2021, la ICM había conseguido firmar 350 Declaraciones que cubren un estimado de 18 millones de trabajadores en 480,000 lugares de trabajo y más de 300,000 empleadores. La ICM defiende la lucha de los trabajadores y trabajadoras desde el nivel local hasta el mundial, así como los llamados de otras instituciones y agencias de desarrollo y salud, para que se incluya el derecho a la SST y un entorno de trabajo saludable y seguro como el quinto derecho fundamental.


Los cuatro derechos fundamentales de la OIT: libertad sindical y reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva; la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio; la abolición efectiva del trabajo infantil y la eliminación de la discriminación con respecto al empleo y la ocupación figuran en la Declaración de 1998 de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo.


Esa Declaración puede y debe modificarse para incluir el derecho a un entorno de trabajo saludable y seguro.


Esto daría a la SST el mismo estatus que tienen los cuatro derechos fundamentales ya establecidos.


Preocupaciones fundamentales


Los convenios de la OIT que los trabajadores organizados quisieran incluir como núcleo del principio fundamental y el derecho a un ambiente de trabajo saludable y seguro son Convenio 155 sobre Seguridad y Salud de los Trabajadores (1981) and Convenio 161 sobre los Servicios de Salud en el Trabajo (1985).


Para los sindicatos, la SST no es objeto de negociación, pero es importante comprender estos convenios y los derechos que otorgarían a los trabajadores y trabajadoras si se adjuntaran como convenios fundamentales en una enmienda a la Declaración de 1998.  


Si bien debería haber apoyo para la inclusión de condiciones de trabajo seguras y saludables como un principio y derecho fundamental en la CIT en junio de 2022, tal cambio se beneficiaría del máximo apoyo tripartito, como fue el caso de la declaración original.

En este momento, la IOE, el grupo de empleadores de la OIT, parece apoyar menos la incorporación de este derecho fundamental que los gobiernos, a pesar del apoyo aparentemente amplio de los empleadores individuales.


Los resultados hasta ahora de la campaña conjunta de la ICM y la FETCM muestran que los empleadores estuvieron fácilmente de acuerdo con la noción de que los lugares de trabajo saludables y seguros deberían ser un derecho fundamental.


Si bien existe un consenso cada vez mayor entre los trabajadores y empleadores del sector de la construcción, madera, foresta y materiales de cosntrucción de que la SST debe tener el estatus que se merece en la OIT como un derecho fundamental, hacemos un llamado a los empleadores y sindicatos de otros sectores para que se comprometan a apoyar esta causa. Todos y todas debemos apelar por establecer un entorno laboral sano y seguro como principio y derecho fundamental.


Ahora es nuestro momento


No hay victorias fáciles y solo podemos ganar si seguimos haciendo campaña por el reconocimiento de este derecho humano inherente. Nuestra posición como sindicatos debe ser crucial y firme: un entorno de trabajo saludable y seguro no es algo en lo que estemos dispuestos a ceder en nuestras negociaciones.


Dado el papel de los sindicatos a nivel mundial en la defensa de los trabajadores en sus lugares de trabajo y su cooperación con empleadores, cuando ha sido posible, para combatir el COVID-19 y hacer que los lugares de trabajo sean más seguros durante la pandemia estamos seguros. Si ahora no es el momento de reconocer un entorno de trabajo saludable y seguro como un derecho fundamental, ¿habrá alguna vez un momento adecuado?


Los trabajadores, trabajadoras y sus sindicatos necesitan que la OIT adopte una postura firme en materia de SST, reconociendo finalmente que este derecho fundamental avanzará en la agenda del trabajo decente y centralizará la dignidad humana en las normas internacionales del trabajo.


Pero no puede haber negociación sobre este derecho fundamental. Es simplemente todo o nada.