ICM a la Juventud: ¡Afronten su futuro con valentía, sindicalizados!
Esta semana, las redes sociales y el sitio web de la ICM han recibido muchos mensajes de líderes y trabajadores jóvenes y sus sindicatos en todo el mundo sobre la importancia de la adquisición de habilidades profesionales para la clase trabajadora joven. Estos mensajes me llenan de esperanza, ya que evidencian cómo nuestro tema de campaña para este Día Internacional de la Juventud, “Preparémonos para el Futuro”, resuena en todas las personas que se está uniendo al llamado internacional por una inversión en formación profesional.
Sin embargo, para muchos trabajadores y trabajadoras jóvenes, las demandas sindicales de formación profesional no son enteramente comprendidas, dado que la idea de desarrollo y reconocimiento de habilidades profesionales les puede resultar completamente ajena. Esto se debe a que el empleo está altamente informalizado en la construcción, así como en los sectores de la madera y silvicultura en muchos países. En estos países, la práctica común es que los trabajadores jóvenes aprendan en la práctica, como parte de su labor, junto con otros trabajadores en el campo, y a través del tiempo.
El concepto de empleo formal se ha erosionado tanto que los trabajadores y trabajadoras jóvenes solo pueden conceptualizar los trabajos en estos sectores como informales, sin acceso a protección básica y con un alto nivel de inseguridad. Esta realidad hace muy probable que los lugares de trabajo altamente informalizados sean lugares de trabajo con salarios y condiciones laborales deficientes. También es probable que sean más peligrosos, pues se da un menor cumplimiento de las normas de Salud y Seguridad en el Trabajo (SST). A medida que ha aumentado la informalización, también lo ha hecho la feminización de la fuerza laboral. Un número cada vez mayor de mujeres se ha incorporado al empleo remunerado en los sectores de la construcción, materiales de construcción, madera y silvicultura en condiciones inferiores a las de los hombres, a menudo porque están menos capacitadas.
Como sindicatos, debemos hacer retroceder la informalización y trabajar para formalizar los lugares de trabajo. En este cometido, la profesionalización de habilidades puede proporcionar una ruta para lograrlo. Los trabajadores y trabajadoras calificadas tienen más probabilidades de exigir salarios más altos, tener condiciones de trabajo mejores y más seguras, incluida la seguridad laboral. También pueden evidenciar sus habilidades y experiencia de un trabajo a otro, aumentando sus posibilidades de empleabilidad. No podemos permitir que el gobierno y los empleadores determinen las habilidades en el mercado laboral sin los trabajadores y sus sindicatos incluidos. Como sindicatos, debemos ejercer nuestro poder para determinar las estructuras del mercado laboral que permitan a los trabajadores y trabajadoras jóvenes avanzar y crecer, ofreciendo medios de movilidad social para mejorar sus vidas.
Con este fin, apoyo el llamado a la acción de nuestra estructura de Juventud de la ICM, el cual hace un llamado a las afiliadas para que exijan políticas que promuevan la formación profesional y programas de aprendices de calidad. Al mejorar las habilidades profesionales, construimos un sistema mediante el cual la clase trabajadora joven puede desarrollarse y crecer en los sectores de la madera, silvicultura, materiales de construcción y construcción. Los sindicatos deberían exigir que las habilidades adquiridas por los trabajadores y trabajadoras en el lugar de trabajo sean reconocidas a través de evaluaciones y certificaciones. Deberíamos exigir que los programas de aprendices estén estandarizados para que un joven trabajador o trabajadora pueda aprender su oficio con confianza. La formación profesional y de habilidades en las instituciones crearía una trayectoria profesional justa de la juventud desde la escuela hasta el lugar de trabajo.
Necesitamos que los gobiernos inviertan en programas de aprendices y formación profesional de calidad en colaboración con sindicatos y empleadores. Es necesario que las instituciones financieras internacionales conviertan la adquisición de habilidades en un resultado requerido de los proyectos de infraestructura. Tenemos que negociar con los empleadores para asegurar oportunidades de capacitación en el trabajo y poner fondos a disposición para capacitar a la fuerza laboral altamente calificada que las mismas empresas tanto necesitan.
Deberíamos promover la formación en habilidades profesionales no solo para el desarrollo y el avance, sino también para capacitar a los trabajadores y trabajadoras despedidos y para la adaptación de habilidades con avances en los procesos y técnicas de trabajo, por ejemplo, como resultado de la digitalización o las iniciativas de mitigación y adaptación al clima. Los jóvenes no solo deberían estar equipados para trabajar durante la recuperación de la pandemia, sino también para satisfacer las nuevas necesidades del mercado laboral. Los trabajadores jóvenes deben estar preparados para aprovechar las oportunidades de empleo que surgen a medida que la digitalización evoluciona la forma en que trabajamos y a medida que adoptamos métodos de construcción más limpios y avanzamos en edificios ecológicos.
En estos tiempos de crisis, usemos el poder de nuestros sindicatos para crear un futuro mejor para la clase trabajadora joven. Asegurémonos que, como sindicatos, tengamos la capacidad de crear los espacios necesarios para que los trabajadores y trabajadoras jóvenes imaginen un futuro mejor y se sientan empoderados para participar en la creación de ese futuro.
Para los trabajadores jóvenes de todas partes, les comparto una línea de la épica serie de películas Star Wars: “Recuerda siempre, tu enfoque determina tu realidad”. Los invito a afrontar con valentía su futuro, ¡sindicalizados!
Ambet Yuson
Secretario General de la ICM