ICM condena el ataque fascista a la sede de la CGIL en Roma
La Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM) condena enérgicamente el ataque fascista contra la sede de la Confederación General del Trabajo (CGIL) en Roma, Italia. El ataque ocurrió en medio de protestas masivas contra el sistema de pases de salud COVID-19 del país. El movimiento fue secuestrado por grupos de extrema derecha.
El ataque a la sede de la CGIL es un ataque contra el movimiento sindical democrático del país y el tejido mismo de la democracia. Expresamos nuestra total solidaridad con la CGIL y con todos los sindicatos italianos que se oponen firmemente al populismo divisivo y destructivo de los grupos de extrema derecha.
History teaches us that fascism was never and never will be an ally of the working class. Wherever it succeeded to rise to power, fascism has only curtailed human and labour rights, and brought war, death and destruction.
La ICM pide a todos sus sindicatos afiliados en todo el mundo a que ejerzan una vigilancia extrema y consoliden sus filas contra el intento de las fuerzas autoritarias que utilizan al COVID-19 como una excusa para montar una ofensiva contra los defensores de la democracia en muchas partes del mundo. Instamos a nuestros afiliados a que mantengan sus oídos atentos al terreno y mantengan un diálogo participativo constante con sus bases. En la batalla por los corazones y las mentes de la clase trabajadora, los sindicatos no deben flaquear.
El ataque a la sede de la CGIL no es un incidente aislado. Es muy similar al reciente asalto de la sede de CFMEU en Victoria, Australia por una mafia de extrema derecha. Tenía la misma retórica narrativa, violenta y desdén por el sindicalismo democrático. Los enemigos de la clase obrera y la democracia no deben tener éxito en intimidarnos y dividirnos. Debemos cavar profundo y derrotarlos donde sea que estén. Más que nunca, debemos confiar en nuestra unidad y solidaridad para defender los derechos laborales y la democracia contra los agentes de la tiranía.