ICM: ¡Organicemos, por un trabajo decente!

El trabajo decente se ha aceptado universalmente como un objetivo de los derechos humanos y laborales. Está incluido en una importante declaración de derechos humanos y es un Objetivo de Desarrollo Sostenible en la Agenda 2030 de la ONU, definido como creación de empleo, protección social, derechos en el trabajo y diálogo social. Sin embargo, los impactos del COVID-19 en el empleo han sido un gran revés para el trabajo decente. Los despidos masivos han ejercido presión sobre los sectores formales e informales en la mayoría de las economías, ejerciendo una presión a la baja sobre los salarios, condiciones laborales y aumentando los ataques contra los sindicatos y la victimización de los sindicalistas. 


Incluso antes del COVID-19, la agenda del trabajo decente ha estado sometida a graves tensiones. Muchos países no pueden crear suficientes puestos de trabajo para absorber a quienes ingresan al mercado laboral, lo que genera un desempleo creciente, en particular de los trabajadores jóvenes. Esto ha dado lugar al subempleo y ha disminuido la demanda de salarios dignos, seguridad laboral y protección social. La precariedad se ha convertido cada vez más en la norma, erosionando los logros de los trabajadores sindicalizados en el empleo formal, reducido cada año. La ICM tiene prueba de ello en los sectores de la construcción, materiales de construcción, madera y silvicultura.   


Nuestro mandato como sindicatos es lograr trabajo decente para satisfacer las aspiraciones de los trabajadores y trabajadoras del mundo. Esa lucha se ha visto amenazada por el cambio constante, la inestabilidad y la incertidumbre del futuro. Nuestra respuesta debe ser continuar organizando a la clase trabajadora, pues solo en conjunto alcanzaremos el trabajo decente. Para fortalecer la capacidad organizativa y las campañas organizativas actuales, la ICM puso en marcha la Academia Global de Organizadores (GOA), a través de la creación de Equipos Regionales de Organizadores y desarrollando el liderazgo de sindicalistas juvenil, por medio de un Programa de "Generación Sucesora". 


Es importante que el equipo de organizadores y organizadoras, en conjunto con el liderazgo de la clase trabajadora puedan articular el amplio proceso de transformación necesario para la recuperación de las crisis provocadas por la pandemia, el auge del régimen autoritario en muchos países, las continuas violaciones de los derechos laborales y humanos, la codicia empresarial y la destrucción del medio ambiente. Los y las participantes del GOA 2021 son, en su gran mayoría, de las filas de sindicalistas jóvenes y mujeres que han militado en el área de organización sindical nacional. Esto demuestra que, si se les da la oportunidad, pueden asumir roles de liderazgo en varios compromisos sindicales que son proactivos y con visión de futuro. Con este fin, la ICM está comprometida con el desarrollo de jóvenes organizadores y sindicalistas mediante la profundización de su conciencia política, la mejora de sus habilidades y la activación de la movilización a través de un programa estructurado de educación política, para que puedan guiarse por la visión del trabajo decente determinada por la clase obrera, la cual es, después de todo, el motivo de nuestro esfuerzo.       

   

La pandemia ha aportado nuevas perspectivas a la agenda del trabajo decente y es ampliamente reconocido que existe la necesidad de respuestas políticas a largo plazo que estimulen la recuperación económica que cree empleos y apoye a aquellos que han sido más vulnerabilizados a los efectos de la crisis. Gracias al esfuerzo concertado y la determinación de los sindicatos, los trabajadores y trabajadoras pueden luchar por ello. No hay tiempo que perder. Para construir nuestra visión de un futuro justo y sostenible, los sindicatos deben prosperar y para que el trabajo decente sea una realidad, debemos estar organizados.