ICM se refiere al arresto del Presidente de la KCTU, Yang Kyeung-soo
La Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM), que representa a 12 millones de trabajadores en todo el mundo, se solidariza con los trabajadores de Corea del Sur y condena el arresto del Presidente de la Confederación de Sindicatos de Corea (KCTU), Yang Kyeung-soo, quien fue arrestado el 2 de septiembre por liderar manifestaciones masivas en julio pasado para exigir mejores condiciones laborales, salarios más altos y una moratoria sobre los despidos de trabajadores.
La ICM deplora la violación de los derechos de los trabajadores surcoreanos a la reunión pacífica, asociación y libertad de expresión, acusados de ser "factores que contribuyen" a la nueva ola de infecciones por COVID-19 en el país. Como si la pandemia no hubiera causado suficiente sufrimiento a los trabajadores, las autoridades también han utilizado la crisis de salud mundial para socavar los derechos laborales y amordazar la voz de disidencia de los sindicalistas.
Reiteramos nuestra posición: los trabajadores no deben perder sus derechos, ni siquiera en medio de una pandemia. Por el contrario, los derechos de los trabajadores, en particular en materia de seguridad laboral, salarios dignos y salud y seguridad en el trabajo, deben reforzarse aún más para protegerlos de los efectos más duros de la crisis.
La ICM suma su voz para pedir a las autoridades de Corea del Sur que liberen inmediatamente a Yang y retiren todos los cargos presentados en su contra. El gobierno de Corea del Sur no debe convertir la crisis sanitaria mundial en una crisis laboral. En lugar de ver sus diferencias con los sindicalistas simplemente como una cuestión de aplicación de la ley, el gobierno debe responder con profunda empatía y un deseo sincero de escuchar y actuar en sus legítimas demandas y quejas. El hecho de que los trabajadores arriesguen su salud e incluso sus vidas para protestar y hacer valer sus derechos en medio de una pandemia demuestra la profundidad de su agonía y desesperación.
Al igual que los millones de trabajadores de todo el mundo, los trabajadores de Corea del Sur han perdido mucho con la pandemia. Su gobierno no debe aumentar su profunda miseria ignorando sus quejas, privándolos de sus derechos y poniéndolos tras las rejas. Por muy mala que haya sido la pandemia, esta debe ser una ocasión para construir más puentes de solidaridad, comprensión y cooperación, no muros de división y desigualdad.