Mensaje de Año Nuevo del Secretario General de la ICM

Al comenzar el 2021, aprovecho esta oportunidad para enviarles nuestros mejores deseos para el Año Nuevo. Reafirmo el compromiso de la ICM con la solidaridad mundial a medida que asumimos los desafíos que hemos enfrentado desde el 2020 y los nuevos que enfrentaremos durante el 2021. 


Dar la bienvenida al nuevo año ha sido un asunto sombrío para muchos, ya que gran parte del mundo está siendo presa del resurgimiento de la pandemia COVID-19. La pandemia ha dejado al descubierto un mundo moldeado por la desigualdad, sustentado por la lógica racializada de clase y género, lo que nos da una idea clara de dónde debemos enfocar nuestros esfuerzos y activismo para la transformación futura.  


Los Estados y el capital global han respondido a la pandemia con esfuerzos para mantener este sistema y, como siempre, están dando prioridad a la búsqueda de ganancias y crecimiento. Estas actividades han tenido consecuencias como la erosión de la provisión de bienes sociales y la devaluación del trabajo del cuidado. Los trabajadores y sus familias en todo el mundo están soportando estas consecuencias, a veces con sus vidas, ya que los intentos de mitigación no logran contener la propagación de la pandemia COVID-19.


 
 
Hay esperanza. Hay vacunas eficaces disponibles, pero solo para unos pocos y no serán suficientes para reprimir la pandemia durante algún tiempo. El 2021 comienza con una carrera desigual entre países. Mientras que los países más ricos han realizado pedidos que les permitirán vacunar a sus poblaciones varias veces y ya han comenzado a implementar programas de inoculación, las naciones más pobres dependen de una instalación de ayuda conocida como COVAX y solo comenzarán a recibir vacunas adecuadas hasta la segunda mitad de 2021. Además de eso, hay muchos países que no son lo suficientemente ricos como para asegurar con éxito un suministro de vacunación y que tampoco son lo suficientemente pobres como para calificar para la instalación de COVAX. 


Esta situación revela un defecto fundamental de la globalización neoliberal. La desigualdad entre países conducirá a una recuperación desigual de las economías. El sector de la construcción es fundamental para la recuperación económica, la estimulación del empleo y, por extensión, su cadena de valor (construcción, madera, silvicultura y sectores afines). El tiempo que la pandemia permanece con nosotros tiene un impacto en los salarios, el empleo y los medios de vida; por lo que afecta nuestros planes para reconstruir un futuro mejor. Por lo tanto, un desafío central para los sindicatos durante el 2021 será garantizar que la protección de los trabajadores incluya el acceso a la vacuna a través de programas de inoculación y adquisición coherentes, transparentes y acelerados. 


Si bien el acceso a las vacunas es una lucha importante que debemos emprender, solo podemos ganar si tenemos sindicatos fuertes. Durante el 2021, las afiliadas de la ICM deben enfocarse en organizarse para construir sindicatos resilientes que luchen por mejorar la vida de los trabajadores de la construcción, la silvicultura y los sectores afines. Hay mucha incertidumbre en el camino que todos debemos recorrer para superar la pandemia, pero podemos aprovecharla como una oportunidad de transformación para reorientar nuestras sociedades hacia la dignidad, la igualdad y la justicia.  


Ambet Yuson

Secretario General

ICM