Myanmar: Ni un año más de tiranía
La Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM) se une al mundo para conmemorar el heroísmo, el coraje y la lucha del pueblo de Myanmar mientras continúa la lucha por la democracia, un año después de que un golpe militar derrocara a su gobierno elegido democráticamente. Reafirmamos nuestro firme apoyo y solidaridad con el pueblo de Myanmar, especialmente a los trabajadores y sindicatos que luchan contra la tiranía y la opresión en medio de abrumadoras desventajas.
Un año ha pasado desde que los déspotas militares intentaron arrebatarle la confianza y el amor por la democracia al pueblo de Myanmar y forzar, una vez más, su gobierno autoritario. Sin embargo, sus odiosos esquemas encontraron una resistencia masiva. El pueblo de Myanmar se defendió de diversas y extraordinarias formas, desafiando balas y sorprendiendo incluso a la junta militar e inspirando al mundo. Los sindicatos y trabajadores lanzaron sucesivas huelgas generales que paralizaron la economía del país. Los jóvenes y estudiantes cerraron escuelas y utilizaron el internet como plataforma de resistencia. Las mujeres, ampliamente aclamadas como la columna vertebral de la lucha por la democracia en Myanmar, estuvieron entre las primeras al frente en la lucha con el régimen militar.
El pueblo de Myanmar también estableció el Gobierno de Unidad Nacional (NUG), una amplia coalición de las fuerzas democráticas del país compuesta por líderes antigolpistas, minorías étnicas y parlamentarios elegidos democráticamente derrocados por la junta militar. El NUG refleja el rechazo total del gobierno militar por parte del pueblo de Myanmar y revalida el mandato democrático que otorgaron en las elecciones generales de 2020.
A nivel mundial, el reconocimiento internacional de la junta militar es pésimo. La dictadura militar está políticamente aislada. La ICM, junto con el movimiento sindical internacional, tuvo éxito en expulsar al régimen militar de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y contribuyó a persuadir al Comité de Credenciales de las Naciones Unidas (ONU) a aplazar la decisión sobre quién representará a Myanmar en su Asamblea General.
Las sanciones económicas contra el régimen militar también se están ampliando. El año pasado, la Unión Europea (UE) lanzó una tercera ronda de sanciones económicas contra políticos, personalidades y entidades de Myanmar vinculadas a la junta militar. Un total de 43 personalidades y 6 entidades birmanas están ahora sancionadas por la UE. Esto incluye la congelación de activos y la prohibición de poner fondos a disposición de las personas y entidades enumeradas. También se emitió una prohibición de viaje contra las personas involucradas, impidiéndoles ingresar o transitar por cualquier territorio de la UE.
Sin embargo, la lucha de Myanmar por recuperar su democracia tiene un alto precio. Según el grupo de derechos Asociación de Asistencia a Presos Políticos, más de 11.000 personas, incluidos sindicalistas, han sido detenidas desde el golpe. Unas 8.000 personas siguen detenidas y la junta militar mató a unas 1.500 personas. Muchas más vidas están en peligro a medida que la junta militar refuerza su control sobre el país. La ICM cree que mientras la junta militar esté en el poder, a pesar de la condena internacional que recibió, el abuso desenfrenado de los derechos humanos y los asesinatos continuarán con impunidad.
Junto con el movimiento sindical internacional, la ICM seguirá movilizándose y defendiendo el reconocimiento del NUG como representante legítimo del pueblo de Myanmar. La ICM apoyará la ampliación de las sanciones económicas para negarle a la junta militar la fuente de divisas e intensificará el uso del mecanismo de denuncia de la OIT a través de la presentación de una queja tomando como base el artículo 33 de la Constitución. La ICM también trabajará con organizaciones internacionales para poner el régimen militar en el ámbito de la Corte Penal Internacional (CPI) y la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
La lucha del pueblo de Myanmar por la democracia está al borde del precipicio. No pueden permitirse vivir un año más bajo la junta militar. No debemos permitir otro año de sufrimiento, muerte y tiranía. Mientras rendimos homenaje a la valentía y los sacrificios del pueblo de Myanmar, igualemos su coraje y determinación llevando a nuevas alturas nuestra solidaridad y esfuerzos de campaña que los ayudarán a recuperar su democracia. La ICM hace un llamado a la clase trabajadora y sindicatos de todo el mundo para garantizar que el mundo respalde sólidamente a Myanmar. Se necesita solidaridad para derrotar la tiranía y un mundo para construir una democracia real.