Acción del Presidente Trump contra la OMS es irresponsable

19 April 2020 03:48


El coronavirus no conoce fronteras. El mundo ha aprendido, por las malas, que no se puede luchar en soledad desde cada uno de los países. Una pandemia, por su propia naturaleza, es global. Este no es el momento de culpar, atacar, dividir y socavar organizaciones globales esenciales como lo está haciendo el Presidente Trump. Es, en cambio, el momento de liderar, unir a las personas y reforzar la solidaridad global. 

La decisión de Trump de retener el apoyo financiero que Estados Unidos prometió a la Organización Mundial de la Salud significa un gran riesgo. Ahora, más que nunca, la ONU y sus agencias necesitan apoyo político y financiero. La pandemia y muchos otros problemas son globales. Los problemas globales requieren soluciones globales. 

La OMS y otros organismos internacionales no deberían ser inmunes a las críticas. Eso también es cierto para los gobiernos nacionales y los organismos regionales. Todos deberían funcionar mejor, pero eso significa participación, apoyo y construcción, no destrucción. 

La OMS está en el centro de esta lucha. Coordina la respuesta global ante esta pandemia y utiliza su experiencia y enlaces con la mejor experiencia científica y médica, con el fin de proporcionar información confiable y actualizaciones a todo el mundo. La transparencia y la fiabilidad de sus datos ayudan a combatir la desinformación y el engaño.

La OMS no solo es indispensable e insustituible para todos los países, sino que su función actual se basa en su trabajo continuo para mejorar el acceso y la calidad de la salud de las personas más pobres y vulnerables. Los daños a la OMS y al sistema de las Naciones Unidas en su conjunto agravan aún más las desigualdades. 

Tanto para los países con bajos ingresos como para los más desarrollados, la estructura, las competencias y las tradiciones de la OMS hacen posible la creación de alianzas y solidaridad mundial en materia de salud.

La crisis sanitaria mundial se ha convertido en una crisis económica. Aunque se desconoce la profundidad y la duración de la recesión mundial y su impacto, especialmente en los trabajadores y los pobres, se sabe que será grave y, en muchos casos, devastador. 

Los sistemas de salud pública dispares y la desigualdad social y económica han contribuido y agravado la propagación del coronavirus. Del mismo modo, el retorno del empleo, de la inversión productiva y del desarrollo depende de una acción global coordinada. La solidaridad global no solo es lo correcto sino una condición para la recuperación económica mundial. 

El Secretario General de la ICM, Ambet Yuson, enfatizó: "La pandemia no creó interdependencia entre las naciones; pero sí la reveló dramáticamente. Ha habido altos niveles de infección y muerte, algunos de los cuales eran evitables. Ignorar las lecciones de la pandemia agravaría y perpetuaría esa tragedia. El futuro de todos depende de la curación de las fracturas en nuestra comunidad global. Como nunca antes, la lesión de uno es la lesión de todos. Si queremos avanzar, debemos hacerlo juntos. Eso requiere cooperación, solidaridad global profunda y sostenida y un sistema de Naciones Unidas fuerte y viable para construir coherencia global y gobernanza".