Con el número de casos positivos que avanzan hasta alcanzar casi mil personas contagiadas en Hong Kong, los trabajadores están cada vez más preocupados de que la industria de la construcción deba cerrar temporalmente, dejando a los obreros asalariados sin ingresos.
Por ahora, los proyectos de construcción públicos y privados están en curso, y los trabajadores están haciendo su parte practicando medidas positivas de higiene y distanciamiento social siempre que es posible. No obstante, parece probable que se necesitarán más medidas para evitar la propagación del COVID-19.
"El gobierno ha otorgado subsidios a los contratistas y subcontratistas para reducir el riesgo de propagación del COVID-19 en los proyectos de construcción, pero los trabajadores han recibido casi nada y muchos no son elegibles para recibir este apoyo", dijo Chan Pat Kan, Secretario General del Sindicato de Trabajadores de la Construcción (CSGWU).
"Fuimos testigos de una serie de proyectos privados donde tras cerrar temporalmente, después del Año Nuevo chino, los empleadores se manifestaron preocupados ante la posibilidad de que sus trabajadores, al regresar de sus hogares en China, podrían haber contraído el COVID-19", continuó.
"Con la economía todavía recuperándose del impacto de las protestas realizadas en contra de la Ley de Extradición el año pasado, esperamos que el gobierno considere la construcción como una salida a la crisis económica".
Sin embargo, los trabajadores ahora sospechan cada vez más de la influencia de China continental y las empresas de construcción estatales chinas. "Estas empresas prefieren materiales de construcción prefabricados importados. Esto significa menos trabajo para nuestros afiliados. Una recuperación económica desde el sector construcción debe garantizar que la seguridad y los ingresos de los trabajadores estén protegidos".