120 trabajadores de la construcción que laboran en la estación de energía 'PLTU Sumsel 1', en Gunung Raja, sur de Sumatra, Indonesia, se declararon en huelga el lunes. Los trabajadores protestan por una amplia gama de violaciones a los derechos de los trabajadores, incluida la discriminación en el lugar de trabajo, salarios ilegales, falta de pago de horas extras, subcontratación, malas prácticas de salud y seguridad y despidos ilegales. Los trabajadores son empleados de Guandong Power Electric Company, una subsidiaria de la empresa estatal China Energy.
"Las prácticas de empleo en este lugar de trabajo son muy discriminatorias", dijo el Secretario General de SERBUK, Khamid Istakhori. "A los trabajadores chinos se les paga alrededor de siete veces más que a los trabajadores indonesios, a pesar de laborar todos los días en condiciones extremadamente peligrosas. Esta huelga es una señal clara de que los trabajadores ya no aceptarán este tipo de tratamiento".
El 27 de diciembre, SERBUK se quejó ante el Inspector de Trabajo de Muara Enim por las pésimas condiciones de trabajo del proyecto. Como respuesta, el inspector solicitó a los trabajadores y a la empresa que presentaran toda la información necesaria para mediar adecuadamente el problema.
El sindicato también informó a la oficina local de Recursos Humanos sobre la huelga planificada, la cual será utilizada para presionar por una mediación justa. Según los informes, en dos ocasiones la compañía se negó a asistir a las reuniones, argumentando que los funcionarios responsables estaban en China. El sindicato dijo que incluso después de que los trabajadores se declararon en huelga, se ha avanzado poco en la resolución de la disputa laboral.
"La negativa constante de la empresa a comprometerse con las demandas de los trabajadores y la Oficina de Trabajo indica que hay poca intención de cumplir con la legislación laboral de Indonesia", dijo Istakhori.
Según varios informes, Indonesia se encuentra en medio de un boom de infraestructura. Sin embargo, las instituciones financieras internacionales están desempeñando un papel limitado, mientras que la financiación privada se moviliza grandemente para llenar el vacío. Al mismo tiempo, los sindicatos de todo el país se han resistido activamente a la propuesta Ley Ómnibus, una medida que, según ellos, socavaría la seguridad de los trabajadores y conduciría a salarios más bajos y sindicatos más débiles.
La ICM observó que en toda la región, hay una mayor presencia de empresas de construcción estatales chinas que ganan importantes concesiones de infraestructura, las cuales, a menudo están vinculadas a las finanzas chinas. "La mano de obra barata, las malas condiciones de trabajo y la negativa a reconocer la libertad de asociación de los trabajadores forman parte integral de su ventaja financiera", explicó Apolinar Tolentino, Representante Regional de la ICM para Asia Pacífico.
"Como tal, hay más en juego con la huelga de trabajadores Sumsel 1". Al mostrar coraje, están extendiendo solidaridad y tomando posición en nombre de todos los trabajadores de la región de Asia y el Pacífico", finalizó Tolentino.