Una delegación de la ICM dirigida por su Secretario General, Ambet Yuson, realizó recientemente una misión a Portugal. La delegación estuvo conformada por Vincente Sánchez, Secretario General de CCOO-FECOMA; Marilia Medes, Directora Internacional de UNIA y Coen van der Veer, Representante Regional de la ICM para Europea. La delegación visitó la oficina de FEVICCOM, organización afiliada a la CGTP, para discutir cooperación futura. La delegación fue recibida por Fátima Messias, Secretaria General y miembros de su equipo.
Una de las cuestiones clave discutidas durante la visita fue la situación política actual en la que el gobierno minoritario de centro izquierda dejó al país, debido a que se vio obligado a hacer acuerdos por separado con los partidos de la oposición. Se espera que la formación del nuevo gobierno bajo el PS (Partido Socialista) continúe en la misma línea, pero habrá más influencia del bloque de izquierda, ya que ganaron escaños electorales en las recientes elecciones. Similar a otras elecciones en Europa, Portugal también tiene partidos de derecha ganando escaños parlamentarios que condujeron a una mayor fragmentación política e inestabilidad. En las elecciones recientes, la participación electoral fue de solo 46.5 por ciento, lo que indica desinterés por parte de los votantes.
El liderazgo de FEVICCOM señaló que el los bajos salarios y la pequeña diferencia en ingresos para trabajadores calificados habían llevado a una "fuga de cerebros y mano de obra" en Portugal. No obstante, el sindicato expresó que el país cuenta con una población joven capacitada profesionalmente para realizar las tareas que el país necesita.
Fátima Messias indicó que el gobierno portugués se vio "obligado" a vender a los productores nacionales de energía este servicio vital básico de origen público, ya que la Troika insistió en el servicio debería estar abierto al mercado privado. El gobierno lo lanzó al mercado pero, irónicamente, la única oferta "aceptable" fue la de una empresa multinacional china de propiedad estatal.
Después de esto, la discusión condujo a la situación del mercado laboral regional de Penamaior, Portugal, en el cual varias pequeñas y medianas empresas de muebles dominaron la región hasta que Ikea construyó una planta más grande y tuvo una influencia considerable en el país. Empero, esta influencia no fue positiva en cuanto a salarios y condiciones de trabajo.