Los trabajadores que construyen los estadios y las instalaciones para los Juegos Olímpicos de Verano de Tokio 2020 continúan preocupados por su seguridad, ya que los retrasos en la construcción, un calendario apretado de entrega y las altas temperaturas refuerzan las prácticas laborales peligrosas, según la Federación Sindical Internacional con sede en Ginebra, la Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM).
"Con la premura debido a los plazos finales de entrega, la grave escasez de trabajadores y las altas temperaturas, nos preocupa que los trabajadores que construyen la infraestructura para Tokio 2020 todavía estén en peligro", dijo el Secretario General de la ICM, Ambet Yuson.
"Estos problemas se ven agravados por la falta de instalaciones para los trabajadores - como ascensores, baños y estacionamientos - que hace de la vida de los trabajadores innecesariamente onerosa e incómoda".
La información proviene de entrevistas con trabajadores realizadas en agosto y septiembre, luego de la publicación de un informe de la ICM y el sindicato de construcción japonés Zenkensoren en mayo de 2019 sobre las condiciones de trabajo en los proyectos de construcción de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Los trabajadores también confirmaron que los problemas planteados por la ICM en mayo no se han solucinado hasta la fecha.
Los testimonios recolectados de los obreros en Tokio se dan después de la fatalidad del 8 de agosto, en la cual un trabajador de la construcción que laboraba en el centro de exposiciones Tokyo Big Sight, utilizado para el centro de medios Tokio 2020, muriera por un golpe de calor. Esto después de que una ola de calor récord afectara grandes partes de Japón.
Estos riesgos para la salud se suman a la creciente presencia de trabajadores migrantes en el sitio, quienes según los informes, son tantos como uno de cada cinco trabajadores en algunas instalaciones. En Japón, los trabajadores migrantes se clasifican como "aprendices". "Si bien las sesiones informativas matutinas se dan con traducción para que los trabajadores migrantes puedan comprender, esta población no recibe las mismas sesiones informativas y pósters para recién llegados que describen prácticas de seguridad y otras condiciones de trabajo seguro, puesto que estos materiales están solo disponibles en japonés", dijo Yuson.
"La grave escasez de trabajadores de la construcción en Japón y las recientes reformas de la legislación laboral dejan en claro que Japón dará la bienvenida a más trabajadores migrantes. Sin embargo, esta población deberían disfrutar de los mismos estándares de seguridad que los trabajadores nacionales, a través de disposiciones especiales para garantizar que todos los materiales estén disponibles en el idioma del país de origen de esta población".
La escasez de ascensores en los sitios de trabajo significa que los trabajadores hombres a menudo tienen que subir o bajar cuatro o cinco pisos cada vez que quieren usar el baño, mientras que las trabajadoras mujeres deben descender hasta catorce pisos para lo mismo. En un contexto de calor severo y horas extra, esto podría convertirse en una combinación peligrosa. Además, los trabajadores señalaron que el costo mensual del estacionamiento podría ser de hasta uno o dos días de salario.
Los trabajadores también se quejaron de los controles severos sobre la información. "Si bien los trabajadores son técnicamente capaces de informar problemas a través de los mecanismos de reclamo respectivos, se les prohíbe tomar fotografías en sitios de construcción clave, lo que dificulta la elaboración de quejas", dijo Yuson.
"Esto, combinado con la "cultura del miedo" que mencionamos en nuestro informe anterior, hace que los trabajadores se sientan agotados e indefensos. ¿Es este el legado que Tokio 2020 planea dejar?"
La ICM publicará un informe de seguimiento completo a fines de septiembre de 2019, el cual cubrirá este tema y otros.